Entrevista de Félix Machuca para ABC Sevilla - 27/07/2020
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VIAJE INTERIOR
Estudió en Nueva York, pintó en la selva americana un libro digno de Malaespina, entiende la pintura como una herramienta para expresar emociones y acaba de mudarse a un viejo silo de una hacienda de olivar para convertirlo en su estudio. Allí hay espacio para la luz incontaminada, espacio para ir llenándolo de trabajo y tranquilidad para crear. Dice que en pintura está todo inventado "Puedes inventar palabras nuevas, pero no el abecedario" me confirma. Acaba de dejar Nervión para regresar al barrio de sus años más nuevos, Heliópolis, convirtiendo el Avelino en su rincón preferido. No descarta hacer un libro de viajes con escenario local con el Grupo Pandora.
No sé cómo se las apañó para interpretar un texto que, por momentos, resulta tan hermético como el desarrollo de la teoría de la relatividad.
Me enfrenté a su densidad literaria y la mejor manera fue no interpretarlo estrofa a estrofa, sino leer el texto seguido. Lo que salió es el alambicado de esa lectura total.
¿Era su primer ejercicio de ilustración de un texto literario?
No, este trabajo se hizo posible gracias a las ilustraciones del libro «Mejillones del Parnaso» del poeta jerezano Rafael Benítez. Es también un texto poético, pero en otra clave. Igualmente tengo ilustraciones realizadas previamente para libros, periódicos, cubiertas de publicaciones…
Rafael Benítez, brillante poeta y extrañísimo ciudadano que se ha impuesto no desayunar los fines de semana…
(Risas) Los desayunos de Benítez son una huida hacia adelante. Ha pasado de la abstinencia a la gula sabatina incontenida. Es un ser especial.
Quiero hablar con usted sobre qué pinta Sevilla y cómo le gusta verse, a ser posible, sin que nos distorsionen los prejuicios estéticos de siempre. ¿Le parece?
Estupendo.
¿Cómo le gusta a Sevilla que la pinten?
Siempre va a tener una dualidad que es como el agua y el aceite. Una Sevilla barroca y otra que intenta pintar lo mismo pero de forma diferente. Lo ideal es que se mire hacia adelante sin perder la perspectiva pasada. Creo que ese sería el paisaje perfecto de Sevilla en el siglo XXI.
Algunos de los iconos del Barroco, sobre todo en pintura religiosa, los han reinterpretado con éxito artistas como Ricardo Suárez, Cuervo, Ciruelo…
Es lo que he tratado de decir en la pregunta anterior. Ahí está el Barroco de siempre reinterpretado en lenguaje actual.
¿Usted pintaría el cartel de la Semana Santa de Sevilla?
Yo pinto lo que me produce emoción. Y, sin dudas, un cartel de Semana Santa siempre lo debe producir.
Déjeme que fantasee e imagine ese cartel cerca de las ilustraciones que ha hecho para el libro de Rilke editado por Pedro Tabernero.
Muy posiblemente. Es muy difícil hablar un idioma que no conoces ni practicas. Y yo tengo mi propio lenguaje.
En el cartel de Feria lo veo más claro. Se lo digo por el flamenco, que le gusta como arte y fuente de investigación.
La Feria no es flamenco salvo excepciones. Nos gusta mucho. Pero no es flamenco. Yo investigo con mucho interés el movimiento en el flamenco. Muchos de mis trabajos actuales van en esa dirección. Si tuviera que hacer un cartel de Feria me lo tomaría como un trabajo de ilustración. Algo saldría seguro.
¿Qué le lleva a entablar esa guerra con el movimiento de sus obras, sobre todo los de temas flamencos?
Primero entras por la plástica, el color e incluso el sonido. Y luego lo que persigo es el rastro que deja en el aire el movimiento. En definitiva, tratas de captar algo inmaterial.
Los futuristas estaban engorilados con fijar la multiplicación del movimiento en una sola figura. Como la del perrito de las mil patas… ¿Cuál es la suya?
Partir de las figuras para alejarme de ellas.
Hablando de futurismo: ¿para qué futuro queda emplazado la definición total del Museo de Bellas Artes?
Ahí estaríamos entrando casi en la ciencia ficción. Tenemos un edificio único que alberga una de las colecciones más importantes del mundo y no nos acabamos de enterar. Yo creo que su futuro o parte de nosotros mismos o se quedará en la foto fija de ahora.
¿Qué opinión le merece la colección de la Maestranza? Ahí hay parte de Sevilla que no se reconoce e incluso echa en falta más pintores locales.
Me parece admirable el trabajo que hizo Juan Maestre, al cambiar radicalmente el criterio del cartel anunciador de la Maestranza. Creo que se eligió bien la elección de artistas pensando en la proyección internacional que se pretendía, pero coincido en que hay artistas que viven la experiencia taurina con más cercanía y que deben estar.
Lo que no acabo de entender es por qué el debate entre lo barroco y lo contemporáneo necesita de la exclusión. Quiero decir que Sevilla me gusta verla interpretada por Sorolla en el Alcázar como por Paco Molina en el parque de María Luisa…
Usted lo ha dicho todo y yo se lo aplaudo.
¿Banega ha hecho Bellas Artes en Nervión?
El trazo de balón de Banega es un Kandinsky.
VIAJE INTERIOR
Estudió en Nueva York, pintó en la selva americana un libro digno de Malaespina, entiende la pintura como una herramienta para expresar emociones y acaba de mudarse a un viejo silo de una hacienda de olivar para convertirlo en su estudio. Allí hay espacio para la luz incontaminada, espacio para ir llenándolo de trabajo y tranquilidad para crear. Dice que en pintura está todo inventado "Puedes inventar palabras nuevas, pero no el abecedario" me confirma. Acaba de dejar Nervión para regresar al barrio de sus años más nuevos, Heliópolis, convirtiendo el Avelino en su rincón preferido. No descarta hacer un libro de viajes con escenario local con el Grupo Pandora.
No sé cómo se las apañó para interpretar un texto que, por momentos, resulta tan hermético como el desarrollo de la teoría de la relatividad.
Me enfrenté a su densidad literaria y la mejor manera fue no interpretarlo estrofa a estrofa, sino leer el texto seguido. Lo que salió es el alambicado de esa lectura total.
¿Era su primer ejercicio de ilustración de un texto literario?
No, este trabajo se hizo posible gracias a las ilustraciones del libro «Mejillones del Parnaso» del poeta jerezano Rafael Benítez. Es también un texto poético, pero en otra clave. Igualmente tengo ilustraciones realizadas previamente para libros, periódicos, cubiertas de publicaciones…
Rafael Benítez, brillante poeta y extrañísimo ciudadano que se ha impuesto no desayunar los fines de semana…
(Risas) Los desayunos de Benítez son una huida hacia adelante. Ha pasado de la abstinencia a la gula sabatina incontenida. Es un ser especial.
Quiero hablar con usted sobre qué pinta Sevilla y cómo le gusta verse, a ser posible, sin que nos distorsionen los prejuicios estéticos de siempre. ¿Le parece?
Estupendo.
¿Cómo le gusta a Sevilla que la pinten?
Siempre va a tener una dualidad que es como el agua y el aceite. Una Sevilla barroca y otra que intenta pintar lo mismo pero de forma diferente. Lo ideal es que se mire hacia adelante sin perder la perspectiva pasada. Creo que ese sería el paisaje perfecto de Sevilla en el siglo XXI.
Algunos de los iconos del Barroco, sobre todo en pintura religiosa, los han reinterpretado con éxito artistas como Ricardo Suárez, Cuervo, Ciruelo…
Es lo que he tratado de decir en la pregunta anterior. Ahí está el Barroco de siempre reinterpretado en lenguaje actual.
¿Usted pintaría el cartel de la Semana Santa de Sevilla?
Yo pinto lo que me produce emoción. Y, sin dudas, un cartel de Semana Santa siempre lo debe producir.
Déjeme que fantasee e imagine ese cartel cerca de las ilustraciones que ha hecho para el libro de Rilke editado por Pedro Tabernero.
Muy posiblemente. Es muy difícil hablar un idioma que no conoces ni practicas. Y yo tengo mi propio lenguaje.
En el cartel de Feria lo veo más claro. Se lo digo por el flamenco, que le gusta como arte y fuente de investigación.
La Feria no es flamenco salvo excepciones. Nos gusta mucho. Pero no es flamenco. Yo investigo con mucho interés el movimiento en el flamenco. Muchos de mis trabajos actuales van en esa dirección. Si tuviera que hacer un cartel de Feria me lo tomaría como un trabajo de ilustración. Algo saldría seguro.
¿Qué le lleva a entablar esa guerra con el movimiento de sus obras, sobre todo los de temas flamencos?
Primero entras por la plástica, el color e incluso el sonido. Y luego lo que persigo es el rastro que deja en el aire el movimiento. En definitiva, tratas de captar algo inmaterial.
Los futuristas estaban engorilados con fijar la multiplicación del movimiento en una sola figura. Como la del perrito de las mil patas… ¿Cuál es la suya?
Partir de las figuras para alejarme de ellas.
Hablando de futurismo: ¿para qué futuro queda emplazado la definición total del Museo de Bellas Artes?
Ahí estaríamos entrando casi en la ciencia ficción. Tenemos un edificio único que alberga una de las colecciones más importantes del mundo y no nos acabamos de enterar. Yo creo que su futuro o parte de nosotros mismos o se quedará en la foto fija de ahora.
¿Qué opinión le merece la colección de la Maestranza? Ahí hay parte de Sevilla que no se reconoce e incluso echa en falta más pintores locales.
Me parece admirable el trabajo que hizo Juan Maestre, al cambiar radicalmente el criterio del cartel anunciador de la Maestranza. Creo que se eligió bien la elección de artistas pensando en la proyección internacional que se pretendía, pero coincido en que hay artistas que viven la experiencia taurina con más cercanía y que deben estar.
Lo que no acabo de entender es por qué el debate entre lo barroco y lo contemporáneo necesita de la exclusión. Quiero decir que Sevilla me gusta verla interpretada por Sorolla en el Alcázar como por Paco Molina en el parque de María Luisa…
Usted lo ha dicho todo y yo se lo aplaudo.
¿Banega ha hecho Bellas Artes en Nervión?
El trazo de balón de Banega es un Kandinsky.